EL Gallito Luis y su sección trabajo pedido, es una de las mas importantes en cuánto a la búsqueda de empleo en el Uruguay desde hace décadas, y aún así , sigue siendo de las preferidas por quienes revisan las listas de empleos del país.
EL Gallito trabajo pedido masculino
El tradicional suplemento cuenta en sus páginas con la organización por rubros y específicamente en la parte de trabajo pedido, se puede organizar por sexo. En el link que dejamos en las instrucciones es posible ingresar para ver las novedades laborales para el sector masculino.
Trabajo femenino
Por supuesto que también se puede acceder a aquellas ofertas de trabajo para las mujeres. De todas formas, hoy en día, en que las búsquedas se hacen a través de internet, es posible introducir la palabra que se busque en el buscador del sitio sin más.
Postularse a un trabajo
Para poder acceder a las postulaciones hay que estar registrado en el portal. Para ello hay que llenar los campos que aparecen en la web.
Se puede registrar como postulante o como empresa. Una vez iniciada la sesión, se puede buscar ingresando la palabra relacionada.
Es posible filtrar los resultados por fechas, areas, remuneración, etc. También se puede recurrir a la otra plataforma de empleos conocida como Buscojobs, la cual permite dejar el CV y acceder a importantes ofertas laborales.
Primero siempre
Según se dice, la preponderancia en el mercado de los clasificados la toma a partir del año 1982. El nombre viene dado por el personaje de cómic con aspecto de gallo que es usado como imagen del suplemento.
Siempre ha salido los días domingos siendo el libro de avisos clasificados en la edición del diario El País de Uruguay.
El diario EL País de Montevideo lanzó su primera edición el 14 de setiembre del año 1918. De origen nacionalista, fué fundado y dirijido por Washingtong Beltrán, Leonel Aguirre yEduardo Rodríguez Larreta. La sede del diario está situada en la Plaza Cagancha.
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Los anuncios clasificados en la web
Hay muchos ejemplos a nuestro alrededor de sitios de anuncios. Hay gente que descubrió el apartamento de sus sueños, el otro su traje de San Valentín o incluso el alma gemela con la que celebrar y vivir. Todo se puede encontrar en Internet.
Según estudios sobre el lugar y el papel de Internet en los hábitos de consumo y en la vida cotidiana de los internautas, el 48% de los internautas declararon haber utilizado los sitios de compra venta y el 45,1% de ellos, tienen la intención de realizar una compra en línea en los próximos seis meses.
«Estamos asistiendo a una fuerte trivialización de la herramienta Internet, que actúa como un factor impulsor del comercio en general», confirma el delegado general de Fevad.
El comercio electrónico es una reserva de crecimiento. Está ligado a equipos tecnológicos y en particular a la Web, por lo tanto, podemos esperar que su crecimiento continúe.
Productos y servicios
Entre las propiedades más compradas y vendidas en la Web se encuentran productos culturales y técnicos, ropa, luego automóviles, motocicletas y finalmente bienes raíces.
Al principio eran los clásicos anuncios clasificados cuyo modelo de negocio se basaba en el pago de un precio fijo por la publicación de un anuncio durante un período de tiempo limitado. Generalista, el sitio ofrece de todo, desde coches, empleo, guardería, participación en coros, etc.
Historia
La historia de los anuncios clasificados no puede separarse de la de la prensa. Cuando Théophraste Renaudot creó La Gazette en 1631 con el apoyo del Cardenal de Richelieu, organizó una oficina de dirección e información en este primer periódico francés.
El anuncio clasificado nació, por tanto, de dos movimientos conjuntos: por un lado, la necesidad de financiar el periódico a través de la publicidad y, por otro, la conciencia emergente de la creación de una esfera pública.
Poco a poco está surgiendo la idea de que todo lo que se convertirá en la sociedad de los ciudadanos en el próximo siglo debe tener acceso a la información y, al mismo tiempo, cada vez es más común pensar que se puede reunir a la gente a través de una publicación.
En las publicaciones del siglo XIX se puede encontrar un cochero, un valet o una camarera, pero también un carruaje para compartir para uno u otro viaje.